Artista autodidacta nacido en Gijón (Asturias), su historia con el dibujo comenzó tan temprano que resulta imposible precisar el momento exacto en que cogió por primera vez un lapicero. Lo ha hecho siempre a su manera: dibujando desde la intuición, sin apenas referencias ni bocetos, dejando que el propio trazo le guíe. Un método poco ortodoxo, sí, pero profundamente personal y efectivo. Copiar, simplemente, no es lo suyo.

En 2018 se trasladó a Barcelona, donde estudió Revestimientos Murales en la Escola Llotja. Fue allí donde consolidó su estilo y se empapó de la cultura del graffiti, una escuela paralela que le aportó grandes lecciones. La ciudad condal le conectó con otros muchos artistas que, como él, persiguen su sueño. A Barcelona le debe amistades, inspiración y la energía necesaria para seguir adelante en esta lucha creativa.

Uno de los mayores honores en su recorrido ha sido dejar una huella duradera en el río Besòs.